Reptiles

Costa Rica ha desempeñado un papel fundamental en el estudio de la biología tropical, así como en el desarrollo del ecoturismo. La diversidad de la fauna de Costa Rica, incluyendo los grupos de reptiles, contribuye a la estabilidad de los ecosistemas naturales.[1] En la herpetofauna conocida como reptiles se cuentan 227 especies, de las cuales 7 especies están en peligro y 28 amenazadas o reducidas.[2

Grupos de Reptiles

Los reptiles son los vertebrados de sangre fría, de piel gruesa cubierta por firmes escamas y típicamente dejan sus huevos en la tierra. Les atrae vivir en sitios rudimentarios como rocas, escombros, troncos, tablas, etc. Estos animales tienen patas cortas o son inexistentes, por lo que se desplazan de un lugar a otro arrastrándose por el suelo. Incluye animales como serpientes, culebras, tortugas, lagartijas, garrobos, iguanas, lagartos, cocodrilos, caimanes, guajipales y camaleones.[3]
Cocodrilo

[editar] Lagartos

  • Cocodrilos: Crocodylus acutus Son los de mayor tamaño y habitan cerca de ríos y lagunas. Por su corpulencia, hasta 4mts de largo, son temidos y a la vez motivo de atracción turística. Están en peligro.[4]
  • Caimanes o guajipales; Caiman crocodilus comunes en lagunas y orillas de los ríos. Son muy perseguidos por su carne y cuero para la elaboración de artesanías ilegales.
Lagartija Jesús Cristo

[editar] Lagartijas y gecos

Más de 50 especies encontradas en la categoría de lagartijas y afines, tales como los gecos, anolis y basiliscos. Son muy abundantes e inofensivos, habitando en todos los ecosistemas, incluyendo casas de habitación. Pequeños y frágiles, contribuyen a la biodiversidad de los bosques donde cumplen con nichos de control de especies menores e insectos. Uno de los basiliscos llamado lagartija Jesús Cristo cruza los arroyos y quebradas corriendo sobre el agua. A este grupo pertenece el camaleón común.[5]
Iguana

[editar] Iguanas y garrobos

Los saurios de mayor tamaño, 3 especies, forman parte del hábitat costero y en los bosques tropicales. Son muy abundantes y de fácil observación, descansando en piedras y ramas de los árboles.

[editar] Culebras

Boa
  • Serpientes no venenosas: cerca de 120 especies de culebras inofensivas, entre las que se incluyen las culebras ciegas, acuáticas, pitón y boas. Se alimentan de pequeños animales y huevos. Entre éstas se encuentran las que imitan a otras serpientes venenosas como las falsas corales. Algunas boas son las preferidas como mascotas por su temperamento dòcil.
Lora
  • Víboras: se incluyen algo más de 20 especies de serpientes venenosas, entre las que se destacan las corales, bejuquillas o serpientes arborícolas, loras, bocaracá, oropel, mano de piedra, toboba, tamagá y la temida terciopelo. También se encuentran serpientes de cascabel y serpientes marinas. Los venenos son de dos tipos: neurotóxicos que atacan el sistema nervioso y paralizan las presas, y los venenos que destruyen las proteínas causando cangrenas. Para todos éstas toxinas existen sueros antiofídicos que los neutralizan.[6]

[editar] Tortugas

  • Terrestres: 9 especies de pequeñas tortugas habitan bosques, lagunas y riachuelos, entre las que destaca la agresiva tortuga lagarto, cuya presencia es un inconveniente en los estanques de cultivos de tilapias.
baula
  • Marinas: 6 especcies de grandes tortugas marinas visitan las costas de ambos litorales, donde se encuentran playas de desove de gran importancia en el ciclo de vida de estos reptiles. En ambas costas se encuentran parques nacionales y áreas silvestres protegidas destinadas a la preservación de éstas especies en peligro. Destacan la baula, la verde y la de carey. Son el grupo más amenazado y en peligro de extinción.